La vida se complica, y acaba por ser cuesta arrriba. Sobretodo al tener que subir a un cuarto piso... cada dia. Aunque siempre diga que vivo en el tercero segunda.
De todos los que han predicado sobre la verdad, el único al que me siento cercano es el que dice eso de "solo sé que no sé nada". Nena, yo no tengo la salvación, y conmigo estás perdida. Pero te soy sincero, nena, no sé nada, aunque eso me haya costado un buen rato de aprender.
Ocurre que eso no és lo único que yo sé. Yo sé, nena, que tu sabes algo, que tú llevas algo dibujado en tu ombligo, y cuando lo toqué, supe que sabias alguna cosa sobre el principio de las cosas. Porque tu ombligo, nena, no es de este mundo.
sábado, 10 de mayo de 2008
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